
¿Y Nosotros Pa' Cuando?
Por Santiago Ávila
El tiempo que estamos viviendo, me recuerda la historia de un niño que creció viendo como esclavizaban, sometían, golpeaban y oprimían a su pueblo, y luego, cuando ya fue un adulto, al ver la crueldad con la que un hombre avasallaba a uno de sus compatriotas, decidió matarlo y esconder su cuerpo. Tal vez, el joven pensó que estaba haciendo justicia, pero no fue así, la historia cuenta que, al día siguiente, dos hombres de su mismo pueblo estaban peleando y cuando él llegó para evitar el conflicto, uno de ellos le dijo: “¿Quién te nombró para ser nuestro príncipe y juez? ¿Vas a matarme como mataste ayer a nuestro opresor?, es increíble ¿Cómo pudieron tener esa actitud? si se supone que él estaba tratando de ayudarlos…
Este relato me hizo pensar sobre la manera en cómo los jóvenes hemos querido cambiar las situaciones injustas que como nación estamos viviendo, sentimos impotencia y rabia al ver que, en medio de la crisis de salud pública, los problemas económicos y la falta de oportunidades, también tenemos que soportar a un gobierno ineficiente e indolente ante nuestra necesidad, a tal punto de querer implementar una reforma tributaria injusta e impertinente.
Por todo lo anterior, buscamos que haya justicia, y así como el joven de la historia, algunos han tomado el camino de la confrontación y la violencia, camino que después de dos meses, parece seguir igual, no hay cambios significativos que vislumbren ese país anhelado; por el contrario, continuamos teniendo caos, pobreza, mayores índices de contagio y tristemente más muertes de inocentes, pero aun así no hay una verdadera saciedad de justicia y yo me pregunto ¿por qué?
“Según el Balance General de MinDefensa el paso del paro nacional dejó 26 personas fallecidas de las cuales 2 corresponden a uniformados de la policía nacional”.
Creo que esto se debe, desde mi punto de vista, porque estamos buscando la justicia en agentes externos, queremos que el gobierno cambie, que la policía cambie, que la economía cambie y de esta manera que todo nos lo solucionen, pero y nosotros ¿pa’ cuándo? ¿acaso no nos damos cuenta de que nosotros también somos parte del problema? Por ende, la transformación debe empezar por nosotros, un pueblo no puede combatir la corrupción si la corrupción está en el corazón del pueblo, y quizás si nos examinamos podremos identificar esas acciones individuales que no concuerdan con una justicia genuina.
Estamos desafiando las autoridades gubernamentales y por lo tanto el panorama sigue siendo negativo, lastimosamente nos ha pasado lo mismo que al joven de la historia, queremos hacer justicia siendo injustos, condenamos el asesinato, pero justificamos el odio, y la verdad es que en ambos casos reina la violencia. ¿acaso un pueblo que pide que se le respeten sus derechos no debería también con ese mismo ímpetu cumplir con sus deberes? El problema fundamental es que somos una sociedad que ya no aprecia ni cree en esos principios y valores que son indispensables para alcanzar la verdadera democracia.
Ahora bien, mi intención es que cada uno podamos ser agentes de cambio y desde nuestro liderazgo o círculo de influencia podamos propiciar esas transformaciones necesarias que nos lleven a restablecer esos principios y valores, generando así un cambio positivo que perdure en el tiempo.
¿Recuerdas la historia del principio? pues su desenlace fue el siguiente, tras querer conseguir la justicia por mano propia, el joven no logró que su pueblo reconociera su valentía al querer liberarlos del opresor, por el contrario, deslegitimaron el hecho y lo reprendieron. Tiempo después regresó con una perspectiva distinta de la verdadera justicia y hubo una transformación en él que le permitió llegar al lugar de gobierno y persuadir al rey que oprimía a su pueblo para finalmente obtener su libertad. Este joven llegó a ser el presidente de su nación y en su gobierno se fundaron los principios que llevaron a su país a ser completamente libre y próspero.
La responsabilidad del cambio está en nuestras manos, debemos pasar del discurso a la acción, empecemos a participar e incidir en los escenarios políticos, económicos, espirituales, sociales, culturales, educativos, en la salud, el arte, en los medios de comunicación, etc.
Desde el movimiento 180º creemos y trabajamos por ver una generación empoderada que logrará la construcción de un país libre, próspero, sin corrupción, que proteja la vida, cimentado en los principios y valores de la familia. Somos una generación que dará a luz una sociedad verdaderamente justa.
¡Somos el cambio, somos M180º!
Que bueno es ver jovenes bien fundamentados que motivan a un cambio en la nueva generación, un Artículo muy interesante. Gracias
Completamente de acuerdo , no podemos ni debemos creer que el cambio está en los demás , cuando debemos empezar por nosotros mismos ! Que estamos aportando ? Más violencia ? Nooo quedó demostrado que esa no es una vía para el cambio ..creo y me sumo a ser una generación que dará a luz una sociedad verdaderamente justa !
Si tremanda reflexión la verdad toco mí corazón, porque es verdad debe venir un cambio empezando por mí, para que venga el cambio que impacte mí familia, los que me rodean, nunca la violencia será la solución a los problemas que como nación estamos viviendo.